Consecuencias cognitivas y psicológicas del uso excesivo de juegos en línea en niños/as
- Ps. Aracelli Medina Viacava
- hace 3 días
- 4 Min. de lectura
En la última década, los juegos en línea se han convertido en una de las formas de entretenimiento más populares entre niños y adolescentes. Plataformas como Roblox, Minecraft o Fortnite permiten no solo jugar, sino también crear mundos virtuales, interactuar con otros jugadores en tiempo real y explorar escenarios llenos de estímulos visuales y sonoros. Estas características los vuelven altamente atractivos, ya que ofrecen recompensas inmediatas, variedad de experiencias y la posibilidad de socializar sin salir de casa.

Sin embargo, esta misma riqueza lúdica y social puede transformarse en un riesgo cuando el uso es excesivo o poco supervisado. A diferencia de otros juegos tradicionales, las plataformas en línea suelen estar diseñadas para mantener la atención durante largos periodos, lo que favorece la prolongación del tiempo de juego. Además, al estar abiertas a la interacción con personas desconocidas, los niños pueden quedar expuestos a situaciones de acoso, manipulación o contacto con adultos con intenciones dañinas.
El desafío actual para familias y educadores es encontrar un equilibrio: reconocer el potencial positivo de los juegos digitales como espacio de creatividad y socialización, pero al mismo tiempo prevenir sus efectos negativos en el desarrollo cognitivo y psicológico y resguardar la seguridad de los niños en entornos virtuales que, aunque parecen inofensivos, pueden presentar múltiples riesgos.
¿Qué consecuencias cognitivas podemos encontrar?
Déficit en la atención: la exposición prolongada a estímulos rápidos y cambiantes puede generar dificultades para sostener la atención en tareas escolares que requieren concentración continua y menor estimulación (como lectura, escritura, resolución de problemas).
Disminución del rendimiento académico: al priorizar el tiempo de juego sobre las actividades escolares, los niños pueden presentar retraso en el cumplimiento de tareas, bajo rendimiento y dificultades en la organización del estudio.
Alteraciones en el sueño: jugar hasta altas horas de la noche afecta la calidad del descanso, lo que repercute en la memoria, la consolidación del aprendizaje y la capacidad de concentración en la jornada escolar.
Estilo de aprendizaje fragmentado: la lógica de recompensa inmediata de muchos juegos en línea puede generar que los niños busquen gratificaciones rápidas, dificultando la tolerancia a la frustración y los procesos cognitivos que requieren esfuerzo sostenido.
¿Qué consecuencias psicológicas se relacionan al uso excesivo de estos juegos?
Ansiedad y dependencia emocional: los juegos en línea, al ofrecer recompensas constantes y la posibilidad de interacción con pares, pueden fomentar conductas adictivas, generando malestar o irritabilidad cuando no se puede jugar.
Dificultades en la regulación emocional: la frustración por perder o no alcanzar metas en el juego puede trasladarse a la vida cotidiana, aumentando la impulsividad y la baja tolerancia a la frustración.
Aislamiento social: aunque las plataformas incluyen interacción en línea, el exceso de juego puede reemplazar los vínculos presenciales, reduciendo las oportunidades de socialización cara a cara y afectando el desarrollo de habilidades sociales.
Alteraciones en la autoestima: algunos niños desarrollan una autoimagen muy ligada a su rendimiento dentro del juego. Esto puede generar sentimientos de inferioridad si no logran los mismos resultados que sus pares virtuales.
Recomendaciones para padres y educadores
Establecer límites de tiempo: la Asociación Americana de Pediatría sugiere un máximo de 1 a 2 horas diarias de tiempo recreativo frente a pantallas en edad escolar.
Fomentar actividades alternativas: promover el deporte, la lectura, la música u otras experiencias presenciales que estimulen el desarrollo integral.
Acompañar el juego: interesarse por los juegos que utilizan los niños, conversar sobre sus experiencias virtuales y orientar sobre los riesgos del exceso.
Promover hábitos de sueño saludables: evitar el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir.
El uso moderado de plataformas como Roblox puede ofrecer experiencias creativas, de colaboración y aprendizaje, pero cuando se transforma en un uso excesivo, sus consecuencias cognitivas y psicológicas afectan de manera directa el bienestar y desarrollo infantil. No solo se trata de un impacto en la atención, el sueño o la autoestima, sino que además se abren riesgos asociados al entorno social virtual.
En estos juegos en línea, los niños interactúan con otros usuarios, muchas veces desconocidos, lo que puede exponerlos a comentarios inapropiados, conductas de acoso o intentos de manipulación por parte de adultos que buscan aprovecharse. Debido a su edad, los niños pueden tener dificultades para identificar estas amenazas, aumentando su vulnerabilidad.
Por ello, la supervisión activa de padres y adultos responsables es fundamental. No basta con limitar el tiempo de juego: es necesario acompañar, interesarse en lo que hacen en línea, conversar sobre con quiénes se relacionan y reforzar la importancia de no compartir información personal. De este modo, se favorece un uso seguro y equilibrado de los juegos en línea, promoviendo que estos sean un espacio de diversión y aprendizaje, y no una fuente de riesgo para su desarrollo cognitivo, emocional y social.
Referencias breves sugeridas
American Academy of Pediatrics (2016). Media and Young Minds.
Domínguez, M. (2021). Videojuegos en línea y desarrollo cognitivo infantil. Revista de Psicología y Educación.
UNESCO (2022). Impacto de las tecnologías digitales en la infancia.
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