Octubre: Mes de las Personas Mayores en Chile
- Jessé Burgos Fuentes

- 1 oct
- 3 Min. de lectura
Envejecer en un país que aún no se prepara lo suficiente

Cada mes de octubre se conmemora en Chile el Mes de las Personas Mayores, una oportunidad para mirar de frente uno de los cambios sociales más profundos que estamos viviendo: el envejecimiento poblacional. Hoy, 1 de cada 5 habitantes en Chile tiene 60 años o más. Y en apenas 25 años, hacia 2050, la proporción será aún más evidente: 1 de cada 3 chilenos será persona mayor. Esto convierte a nuestro país en el que más rápido envejece de toda América Latina. El desafío es enorme y toca todos los ámbitos: salud, pensiones, cuidados, participación social y reconocimiento cultural.
La Octava Encuesta Nacional de Inclusión y Exclusión Social ofrece un panorama claro de cómo viven los/as chilenos/as encuestados/as este proceso de transformación:
84% considera deficiente la preparación del país para enfrentar el envejecimiento.
81,1% siente que sus necesidades son poco o nada tomadas en cuenta en las decisiones políticas.
53,5% estaría dispuesto a pagar un impuesto específico que garantice derechos y bienestar.
56,7% cree que el bienestar de las personas mayores recae principalmente en las familias.
68,5% percibe que sus aportes y experiencias se desaprovechan en la sociedad.
Solo 41,3% cree que las personas mayores pueden valerse por sí mismas, pese a que el ¡78% es totalmente autovalente!
Estas cifras muestran una paradoja: mientras la mayoría de las personas mayores mantiene autonomía y capacidades, su voz sigue siendo escasamente considerada en las decisiones colectivas.
Pero... ¿Qué quieren decir estas cifras?

Los números no son solo estadísticas. Son un espejo social que refleja la distancia entre el ritmo del envejecimiento y la preparación de nuestras instituciones. Chile está envejeciendo más rápido que sus sistemas de apoyo, y eso requiere decisiones legislativas, políticas públicas sólidas y cambios culturales profundos.
Reconocer a las personas mayores como sujetos de derechos, valorar sus aportes y asegurar condiciones dignas de participación y cuidado no es solo una obligación ética: es una tarea urgente que compromete el futuro de todos.
En este Mes de las Personas Mayores, el llamado es claro: pasar de la conciencia a la acción, para que envejecer en Chile sea sinónimo de dignidad, inclusión y oportunidades.
Entonces hay una responsabilidad innegable de las instituciones y autoridades para generar cambios profundos, sin embargo, ¿qué podemos hacer en lo cotidiano?
Más allá de las políticas públicas, la transformación empieza también en nuestras relaciones diarias. Aquí algunas recomendaciones simples:

Escuchar y conversar: dar tiempo para oír sus experiencias, opiniones y relatos. La escucha activa es una forma de respeto.
Promover su autonomía: apoyar pero sin sobreproteger, reconociendo que la mayoría de las personas mayores son autovalentes, pero todas son autónomas, es decir, tienen "la última palabra" respecto a las decisiones sobre su propia vida.
Invitar a participar: integrarles en actividades familiares, comunitarias o barriales, evitando su aislamiento.
Usar un lenguaje respetuoso: evitar estereotipos o expresiones que infantilicen, como “abuelito/a... viejito/a” cuando no corresponde. Pregúntale su nombre y dirígente a él o ella con respeto, cercanía y amabilidad siempre.
Valorar sus aportes: reconocer públicamente lo que las personas mayores hacen y han hecho por la comunidad, o incluso, al interior de tu propia familia o lugar de trabajo.
Referencia:
Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) & Universidad de Chile. (2025). Octava Encuesta Nacional de Inclusión y Exclusión Social de las Personas Mayores. https://www.senama.gob.cl/storage/docs/Encuesta_de_Inclusion_y_Exclusion_social_2025_Digital.pdf



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