Depresión infantil: reconociendo sus síntomas y señales de alerta
- Ps. Constanza Cabrera Huerta
- 13 jun
- 4 Min. de lectura
Los trastornos depresivos son alteraciones del estado de ánimo que se caracterizan por una tristeza o irritabilidad persistente, acompañados de otros síntomas como el aislamiento social, sentimientos de culpa, falta de energía, desregulaciones en los ritmos biológicos, entre otros, que interfieren en el desarrollo normal de la persona (García, 2019). Aunque la depresión es un problema de salud mental que puede presentarse a cualquier edad, las investigaciones y estudios sobre prevalencia, diagnóstico y tratamiento en población infantil aún son escasos, dificultando el acceso de este grupo etario a evaluaciones y tratamientos adecuados.

Según se consigna en la Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y la Adolescencia (2018) entre las razones que explican este fenómeno se encuentra la creencia, aún extendida en padres y cuidadores, de que los niños no pueden sufrir depresión, la escasa formación de los profesionales de salud sobre problemáticas específicas en la infancia, y el hecho de que la presentación clínica de la depresión infantil puede diferir de la depresión en adultos.
Si bien la depresión infantil mantiene las características centrales de la depresión adulta, sus síntomas pueden variar en frecuencia o presentarse de forma atípica, según la edad y el nivel de desarrollo del niño. Además, uno de los principales desafíos que presenta el diagnóstico de la depresión en niños, particularmente en edad preescolar, es que suelen tener dificultades para reconocer y nombrar síntomas o emociones complejas, así como para comunicar verbalmente sus pensamientos o preocupaciones, lo que puede hacer que sus problemáticas pasen inadvertidas para la familia y el entorno cercano, o se interpreten como comportamientos propios de su edad. (Grupo de trabajo de la actualización de la Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y la Adolescencia, 2018).
En este artículo, se presentarán algunas de las principales características de la depresión infantil y sus señales de alerta:
Edad preescolar (2-6 años)
- El estado de ánimo deprimido puede manifestarse como tristeza, irritabilidad o episodios de llanto sin motivo aparente. Pocas veces los niños expresarán verbalmente que se sienten tristes; pero pueden comunicarlo a través de su lenguaje corporal, como una expresión facial apagada, falta de contacto visual o una postura decaída. También pueden mostrarse más reactivos, presentando rabietas, conductas hostiles o agresivas, o comportamientos más inquietos e hiperactivos de lo normal.
- Las quejas somáticas son frecuentes en esta etapa, especialmente los dolores de cabeza y de estómago. Estas deben considerarse una señal de alerta, sobre todo cuando los exámenes y controles médicos no revelan una causa física que las justifique.
- La disminución de la motivación y el interés por las actividades suele reflejarse en un cansancio excesivo, desinterés por los juegos o actividades de ocio, así como en la resistencia a asistir al colegio o a interactuar con otros niños.
- Cambios en hábitos de sueño y alimentación. En los niños pequeños, las alteraciones en el apetito suelen reflejarse más en la dificultad para alcanzar un peso adecuado para su edad o en retrasos en el desarrollo físico, en lugar de una pérdida de peso. Además, es común que presenten problemas para dormir, como dificultades para conciliar el sueño, despertarse frecuentemente durante la noche o insomnio.
- Las conductas regresivas pueden ser una señal de alarma de depresión u otros trastornos de salud mental. Esto incluye comportamientos como la pérdida del control de esfínteres en niños que ya lo habían logrado, que vuelven a dormir con sus padres o que muestran retrocesos en el habla.

Edad escolar (7 a 12 años)
- En el ámbito afectivo, los niños a menudo pueden mostrarse agresivos, irritables o tristes, e incluso expresar que se sienten constantemente aburridos o cansados. A esta edad, el reconocimiento de las emociones suele estar más desarrollado, aunque algunos niños pueden tener dificultades para comunicar lo que sienten.
- La ideación suicida comienza a ser más frecuente en esta etapa y puede manifestarse a través de señales no verbales, como conductas de riesgo repetidas y comportamientos autoagresivos, como morderse, rasguñarse o cortarse.
- Disminuciones importantes en el rendimiento escolar, pérdida de interés en las clases, dificultades para mantener la atención, no cumplir con las tareas, rechazo a asistir al colegio o problemas reiterados de conducta suelen ser indicios de posibles problemas de salud mental en los niños.
- Dificultades en las relaciones interpersonales, por ejemplo, no querer jugar con los amigos, conflictos constantes con compañeros o un deterioro en las relaciones familiares.
- Las quejas somáticas siguen siendo comunes en esta etapa, incluyendo dolores de cabeza y de estómago, así como cambios significativos en los hábitos de sueño (insomnio o hipersomnia) y en la alimentación (disminución o aumento notable del apetito).
Es fundamental tener en cuenta que los síntomas de la depresión pueden variar en cada niño, dependiendo de su edad, nivel de desarrollo y características individuales. Si sospechas que tu hijo o hija podría estar experimentando un trastorno depresivo, o si notas alguna de estas señales, es importante consultar a un profesional de la salud que pueda brindarte orientación sobre cómo apoyar mejor a tu hijo o hija y a toda tu familia.
Referencias
García, R. (2019). Trastornos depresivos en la infancia y adolescencia. En C. Almonte y M.E. Montt (Ed.), Psicopatología Infantil y de la Adolescencia. (3ª ed.). (pp. 561-573). Mediterráneo.
Grupo de trabajo de la actualización de la Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y la Adolescencia. (2018). Guía de práctica clínica sobre la depresión mayor en la infancia y la adolescencia. Actualización. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Unidad de Asesoramiento Científico-Técnico (Avalia-t). Guías de Práctica Clínica en el SNS.
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